Debido al aislamiento por el coronavirus, una forma lúdica de trabajar con la energía de los más pequeños del hogar es realizar yoga en conjunto.
- El desarrollo de esta actividad, permite entregar una serie de beneficios físicos y mentales para los niños y niñas, además de aportar con enseñanza básica sobre animales y la naturaleza.
El encierro que ha producido la pandemia a raíz del Covid-19, ha generado un desafío para madres y padres en el cuidado y desarrollo de sus hijos e hijas de temprana edad. Es aquí donde el yoga para niños, aporta beneficios tales como mejorar su desarrollo físico, psíquico y también, de ser aplicada correctamente, permite entregar enseñanzas.
La profesora de Educación Física, Educadora de Párvulos e Instructora de Yoga, Pamela Urnia, detalló que “tener una mejor concentración, ayuda en la flexibilidad y la coordinación del cuerpo, desarrollo del equilibrio, mejorar el autocontrol y reconocer su cuerpo, tiene beneficios emocionales también” son algunos de los beneficios que tiene el yoga infantil.
Una de las ventajas de empezar a practicar yoga a tan temprana edad, según explicó Pamela, es el tema de mejorar la respiración. Como el “yoga kids” al tener un carácter más lúdico que el que realizan las personas adultas, permite que el aprendizaje sea más fácil de asimilar.
Desde la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI), recomendaron que los niños y niñas mayores de dos años realicen yoga. La única indicación que hacen respecto a la actividad es que debe ser a modalidad de juego, nunca como obligación.
La Directora Regional de Junji, Lidia Julio, comentó que “el yoga trae beneficios para la salud mental y física, involucrar a nuestras niñas y niños siempre será positivo”. Mientras que la psicopedagoga de la institución, Macarena Franzoy, agrega que “realizar diferentes posturas de animales, de elementos de la naturaleza, genera un aprendizaje significativo”.
Pamela Urnia reafirma el aprendizaje que entrega el yoga para niños. “Ayuda mucho a estimular la concentración en los niños, uno empieza a jugar con las posturas que se pueden ir desarrollando con nombre de animales, como postura de perro, gato o árbol”, comentó la instructora, quien además indicó que esto debe ir acompañado de tonos de voz distintos y música divertida, lo que permitirá que los niños vayan interpretando formas y sonidos.
Se debe destacar que, según Pamela, el avance en las posturas y complejidad del ejercicio dependerá en su totalidad en la evolución del niño o niña con el yoga, ya que no hay una edad establecida. “Siempre depende de cada niño, como ser individual e independiente, con todas características diferentes”, puntualizó la profesora de educación física.