Interés de distintas latitudes de Chile y de toda Latinoamérica ha despertado el Festival Internacional de Poesía y Arte de los Pueblos Originarios de Antofagasta, que entra en su recta final.
En este escenario virtual, dado el contexto de la pandemia, un promedio de mil personas han seguido este evento diariamente desde distintas latitudes, quienes son testigos de distintas manifestaciones como la literatura, la pintura, danza, música, entre otras.
Un total de ocho países dan vida a este evento que termina este viernes, con representantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Perú, Nicaragua, Ecuador y Colombia. En el caso de Chile, los artistas corresponden a pueblos originarios del centro, sur y extremo sur, como los selknam, además de los representantes Lickanantai y chango por el norte.
Este proyecto es financiado a través del 2% FNDR de Cultura Gore y es organizado por la gestora cultural y presidenta de la Asociación Gremial de Escritores del Norte (Asen), Bernarda Marín Arancibia, y un equipo de profesionales, a fin de rescatar las raíces de los pueblos ancestrales.
Pueblos vivos
Desde la Patagonia chilena, el profesor y escritor, Keyuk Yanten, representante del pueblo Ona, destacó este tipo de instancias, donde es clave perpetuar la cultura de los pueblos vivos que en el caso de los selk’nam, tienen más de 12 mil años de existencia.
Mientras que desde Jujuy (Argentina) el representante del arte Xuxuy, Hernán González Mur, destacó este tipo de instancias sin fronteras y en su calidad de artista plástico, valoró la reivindicación de los elementos ancestrales de las diversas culturas americanas, que permite reconstruir tiempos mejores.
Es posible seguir este evento que se realiza en doble jornada, entre las 11 y 12 horas; y luego entre las 18 y 19 horas, a través de la plataforma Facebook Live de Festival Internacional de Poesía y Arte de los Pueblos Originarios.
En un esfuerzo de apoyar a la cultura y los artistas, que también se han visto afectados por los efectos sociales de la pandemia, los artistas generarán ingresos por su participación, lo que entrega un valor adicional a esta fiesta de los pueblos originarios.