Por: Alejandro Cataldo Díaz
Administrador Público de la Universidad de Antofagasta
Popular se volvió la foto mostrando el gran contraste entre los primeros gabinetes de todos los presidentes que han sido elegidos desde 1990. Todo esto a raíz de la presentación del primer gabinete ministerial que tendrá Gabriel Boric a partir de marzo.
Lo que más llamó la atención fue la comparación con el gabinete de Patricio Aylwin: todos hombres, todos con corbata y terno. Muy diferente fue el presentado el día miércoles, donde lo que más resaltaba a simple vista era una mayor presencia de mujeres por sobre los hombres y un semi-formalidad que a más de alguno le pudo causar poca gracia.
Pero ¿Qué puede haber más allá de esa diferencia de colores, edades, vestimentas y de género con los anteriores gobiernos?
La política está llena de simbolismos. Una imagen, un logo o una frase pueden resumir eficientemente doctrinas, ideologías e incluso políticas que se van a aplicar. La presentación del gabinete de Boric va en esa línea, claramente eso no fue casual si no que calculado, tal como debe ser.
Carlos Peña menciona que las sociedades actuales cuando atraviesan momentos críticos o convulsionantes suele ser, entre otras cosas, porque existe un conflicto con el orden imperante, vale decir, valores promovidos por la sociedad, su cultura y obviamente su modo de hacer política.
Este conflicto se debe a que las personas quienes habitan esta sociedad tienen otra manera de ver el mundo, pero que aceptan vivir con las reglas impuestas. Sin embargo, esto no es eterno y es cuando nace el conflicto y la lucha por cuales valores se mantendrán.
Este choque de dos mundos se ha vivido desde el retorno a la democracia y es natural en toda sociedad que avanza y evoluciona. Lo que no es natural es que el viejo mundo conservador mantenga el poder por mucho tiempo y con pocos cambios, lo que finalmente genera malestar social.
Claudia Heiss menciona que una de las causas del estallido social de octubre del 2019 fue porque la institucionalidad en general —partidos políticos, Congreso, Poder Ejecutivo, Constitución de la República, entre otros— no pudo dar respuestas en forma de políticas a las personas y sus necesidades.
Para graficar este fenómeno, solo hace falta recordar todos los movimientos sociales que desde 2006 con la revolución pingüina, pasando por el movimiento estudiantil en 2011, manifestaciones ambientalistas como la de “Este polvo te mata” y movimientos regionalistas como el de Calama de la década pasada, no tuvieron una respuesta satisfactoria por las personas que finalmente hacen el cambio sustancial: los miembros de la institucionalidad política.
Por otro lado, vemos un amplio espectro político dentro del gabinete, ya no hay solo miembros de coaliciones ganadoras si no que Boric también incluyó a personeros de la ex Concertación y de la Nueva Mayoría, además de que un tercio del nuevo gabinete son independientes.
Y es que Boric sabe de los errores que se han cometido en el pasado, no solamente en el segundo gobierno de Bachelet si no que también de la Unidad Popular, y sabe además que mucho de esos errores aun pesan en la ciudadanía y por sobre todo, aun pesan en su sector político.
Finalmente, lo que se quiere lograr es un tener una gran fuerza política representativa, la cual tenga el poder que merece desde que se demostró que el viejo orden no podía responder a las necesidades de las personas.
Lo del gabinete de Boric es símbolo de querer generar ese cambio. Como se decía, la política está llena de símbolos y lo del miércoles solamente es una imagen y un comienzo, como bien lo debe saber el Presidente electo, de las respuestas necesarias que Chile merece.