Don Luis se dedica a este oficio hace más de 50 años y lo puede encontrar en su local que solo abre jueves y viernes.
Luis Navia, de 66 años, afirma que arma y desarma relojes desde los 12 años en Antofagasta y con el paso de estos se ha ganado a su fiel clientela.
Esta relojería ubicada en calle Manuel Antonio Matta entre Uribe y Orella, funciona desde hace ya 3 años, pero son más de 4 décadas en las que don Luis ha patentado su nombre en este rubro. A este local llegan distintos artículos desde los despertadores más antiguos hasta los relojes más modernos y su público es variado en cuanto a las edades.
Luis nos comenta sobre sus inicios en esta labor: ‘’Cuando era niño me llegaban relojes que arreglaba mi hermano mayor y eso me entretenía mucho, era como un juego para mí y aparte lo ayudaba en ese sentido’’. Sus primeros trabajos fueron arreglando despertadores ‘’En aquel tiempo los relojeros no sabían arreglar despertadores y yo que era un cabro chico si sabía hacerlo’’.
El dueño, con carisma, nos explica sobre su primer puesto: “La primera vez atendiendo fue aquí en Prat con Sucre, estábamos al frente de los baños a vapor que así se llamaban en esa época, yo estaba con mi hermano que fue el que me enseñó todo lo que se hoy. Un día mi hermano de la nada me dijo que me iba a quedar con la relojería, ahí me tuve que encargar de los arriendos y los impuestos, ya de ahí me tiré solo’’ nos cuenta entre risas.
Hubo un episodio en su vida que no duda en contarlo como anécdota ‘’Una vez, La Estrella de Antofagasta me quiso postular varias veces al Ancla de Oro y después querían que yo me hiciera cargo del reloj de la Plaza Colón, nunca quise porque sentía que era una estafa, aparte nunca había tenido una jefatura y no quería tenerla tampoco’’, finalizó.
Como a todos, la pandemia hizo efecto directa o indirectamente en la gente, pero Luis nos menciona que no le tocó sufrir las consecuencias económicas como a otros puestos del centro de la ciudad: ‘’Tengo la gran suerte de también ser profesor de judo en la Escuela Deportiva Santiago Amengual y recibo un sueldo aceptable, en ese sentido mi hijo y mi yerno igualmente me ayudaron’’.
Esta mítica relojería abre sus puertas los días jueves y viernes durante la mañana hasta pasado el mediodía, mientras los días lunes, martes y miércoles encontramos a Luis dictando clases a sus alumnos en su otra pasión que es el judo.