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Infectólogo del HRA: “Tenemos que ir recuperando en cierta medida una normalidad relativa”

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Explicó el jefe de la Unidad de Infectología del Hospital Regional de Antofagasta, Pedro Usedo, quien ha sido el encargado de manejar el contexto pandémico tanto en el sector público como el privado desde la llegada del Coronavirus a territorio nacional.

Tras los cambios en las medidas sanitarias y el avance de la comuna de Antofagasta a Fase de Apertura, Usedo ahondó sobre el comportamiento de la ciudadanía y los protocolos a seguir en esta etapa de desconfinamiento.

En entrevista con Termómetro Antofagasta, el experto profundizó y evaluó la situación regional debido a la pandemia por COVID-19, las nuevas modificaciones del Plan Paso a Paso que incorporan mayores libertades de desplazamiento para vacunados y la eventual llegada de la variante Delta a la zona que despierta el llamado a mantenerse alerta tras la salida de Fase 3 en la capital regional.

Hemos escuchado variadas opiniones en la comunidad médica con respecto a los nuevos cambios del Plan Paso a Paso, ¿qué opina usted sobre estas modificaciones realizadas por el Ministerio de Salud, los cuales incluyen más libertad para los vacunados?

“Yo creo que de estas medidas del Plan Paso a Paso, uno tiene que empezar a revisar desde el inicio, ya que tiene que ir al consonante con el comportamiento epidemiológico que va teniendo la pandemia. El plan del Ministerio de Salud fue una primera etapa tremendamente restrictiva porque no había ninguna alternativa real que nos pudiera asegurar una contención de la pandemia. Estábamos todos esperando que las empresas farmacéuticas empezaran a trabajar y elaborar vacunas que resultaran. Por lo tanto, no había mucha posibilidad de ser flexible con las medidas ya que era todo lo que conocíamos. Con el paso del tiempo, afortunadamente, con una velocidad tremendamente sorprendente, para mi uno de los hitos más importantes de la salud mundial en los últimos 100 años, se pudo elaborar varias alternativas de vacunas en el curso de una pandemia.

El virus llegó para quedarse y muchas de las protecciones, las cuales hemos utilizado en la pandemia, van a seguir en el tiempo. No creo que las medidas generales que hoy en día conocemos, como es el uso de mascarilla, distancia social y el lavado de manos, se vayan a retirar con tanta facilidad, independiente de la vacunación y la baja de casos. Esta es una enfermedad que evoluciona y esto ya lo vemos con la aparición de nuevas variantes, lo cual significa que al proceso de inoculación requerirá de una tercera dosis. Así que, todas estas medidas del Paso a Paso tienen que ir modificándose de acuerdo a cómo se está comportando la pandemia y a las alternativas que tengamos para su contención e inmunización”.

Este contexto de nuevas normas que flexibilizan las libertades de las personas, ya sea en el aspecto deportivo, educacional, recreativo, etc., tiene un elemento en común: son dirigidas para personas vacunadas y que poseen el pase de movilidad. ¿Qué piensa usted sobre estas políticas públicas que sólo beneficiarían a la comunidad que se vacunó?

“Si bien, es cierto que hoy con este avance de las etapas se ha permitido la apertura de los restaurantes, mall, gimnasios o cines, yo creo que una de las medidas que debería implementarse es que sea una obligación tener su vacuna porque es la única forma de garantizar el bajo riesgo de contagios. Entonces, me parece excelente que se les de más libertad a las personas que estén inmunizadas. Aunque, el proceso de vacunación sigue siendo voluntario, esta voluntariedad también deben ir con ciertos grados de responsabilidad, es decir, si yo no me quiero vacunar, tengo que asumir el costo de no poder acceder a lugares de concurrencia masiva donde pudiese exponer a otra población el riesgo de enfermarse”.

Considerando el escenario actual con un posible rebrote por la llegada de la variante Delta, ¿es riesgoso este sentimiento de relajo, tanto en las autoridades sanitarias como en la población?

“Los virus son patologías que tienden a hacer mutaciones y eso lo vamos a vivir. Lo vimos con la Influenza y, por eso, una vacuna tiene que ir modificándose. Lo mismo ocurrirá con el COVID-19, hay muchas medidas que van a quedarse ya que no porque la pandemia se haya contenido o hayan mejores números  significa que nos vamos a relajar. Esto va a ser constante debido a que es una nueva enfermedad que llegó y que tiene ciertas características, lo cual conllevará a ir liberando cuando corresponda y siendo más restrictivos cuando la situación país y epidemiológica lo requiera. Estas nuevas variantes siempre nos mantendrán alerta, lo cual podrá generar uno o dos rebrotes. Lo que siempre apostamos es que, si ocurren estos rebrotes, no tengan el impacto y la magnitud que hemos visto durante estos dos años de pandemia. Insisto, esto se va a ir conteniendo a la medida que la población vacunada tenga un concepto de responsabilidad personal y que esta sea constante en nuestras vidas”.

¿Cómo se podría implementar una mejor estrategia para combatir la pandemia y que nos permita convivir con el virus de forma permanente? (medidas restrictivas como cuarentena o trazabilidad para frenar estos contagios)

“Hemos tenido dos experiencias en los cuales han pasado un poco desapercibido las enseñanzas que tuvimos en su momento, ya que no pudieron mantenerse en el tiempo. Durante la pandemia de la influenza en el año 2009, se tomaron una serie de medidas y acciones sanitarias en los centros hospitalarios y comunitarios que no lograron mantenerse en el tiempo, salvo el tema de la vacunación. Pero, los temas normativos generales no se mantuvieron, por lo tanto, cuando aparece el COVID, empezamos a retomar todas estas medidas que parecían novedosas, pero que ya habían sido usadas durante la influenza. Por otro lado, me acuerdo perfectamente que cuando empezaron los casos del Ébola, todas las instituciones de salud se les obligó tener áreas destinadas exclusivamente para mantener pacientes contagiosos. Finalmente, todo pasó, empezaron las disputas internas en los hospitales y todas las estructuras formales, que fueron muy necesarias por las enfermedades infecciosas, como lo es el COVID actualmente, se desintegraron. Esos dos son los ejemplos más categóricos. Espero yo como infectólogo que estas medidas de las autoridades se mantengan en el tiempo y no solamente por el impacto mediático que se genera”.

¿Cuáles son los cuidados que debe mantener la comunidad antofagastina tras el avance a Fase 4 del Plan Paso a Paso, considerando los últimos datos de la positividad diaria en la región y el índice de vacunados en la comuna?

“Aquí el mensaje es claro. Tenemos que ir recuperando en cierta medida una normalidad relativa y volver a esto con un grado de responsabilidad importante tanto en lo personal como en lo social. Hay que entender que mi responsabilidad no solamente me afecta a mí, sino que también a todo mi entorno. Por lo tanto, este grado de responsabilidad inicia en el hecho que la vacunación es gratis y es dirigida para toda la población. Entonces los que no hayan completado su proceso de inoculación, deben terminarlo. Por otro lado, no porque los número actuales están a la baja y que dispongamos de vacunas, vamos a relajar las medidas sanitarias que ya conocemos, como es el lavado de manos, distanciamiento social y el uso de mascarilla. Porque, si bien es cierto que son medidas de bajo costo económico, han sido de un impacto sanitario importante y son totalmente validadas. Hay que asegurarnos de cuidar a la gente más desprotegida en nuestro entorno familiar, como pacientes inmunocomprometidos, adultos mayores y niños de edades extremas, porque son aquellos los más vulnerables y los que más sufren el impacto de los rebrotes. No tenemos que esperar a que uno de los nuestros fallezca para hacer un mea culpa de las cosas que pudimos hacer a tiempo”.

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