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COLUMNA: Postnatal de Emergencia

Por Stephanie Merlet Z., Académica Derecho UCN.

El pasado 25 de marzo ingresó al Parlamento el proyecto de ley que modificaría el Código del Trabajo en lo relativo al permiso de postnatal, permitiendo extender su duración si este se acaba durante el periodo de emergencia sanitaria ocasionado por el Covid-19. El objeto de esta medida sería resguardar la salud de la familia, principalmente de los hijos, manifestándose como una forma de proteger tanto a la mujer así como a la infancia. Lo anterior, dado que una de las tantas preocupaciones que aflige a las madres chilenas es la posibilidad de exponer a sus hijos y familias al virus. La propuesta beneficiaría a decenas de miles de mujeres a lo largo del país, dándoles la posibilidad de conservar sus empleos y a su vez proteger a los miembros del núcleo familiar.

Se ha hecho referencia a los gastos que la implementación de este proyecto significaría, no obstante, el interés superior del niño y el derecho a la protección de su salud consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño, son vinculantes para las autoridades estatales, por lo que tienen primacía sobre lo económico. En este sentido, en medio de una crisis sanitaria como la que hoy vivimos, las medidas que impulsan la protección de la niñez y la familia en general deben ser una prioridad. Además,  a lo largo de esta crisis, el gobierno ha llevado a cabo propuestas que buscan mitigar los impactos en el empleo que la pandemia trae aparejada, abarcando a un grupo de trabajadores, siendo de toda lógica que ese grupo se extienda  a las mujeres que han sido madres recientemente, pues ellas son sostenedoras del hogar, madres, a veces cuidadoras de sus padres o abuelos, incluso haciéndose cargo económicamente de los mismos, siendo fundamental  ampararlas en esta situación de excepcionalidad.  Resulta evidente entonces que el principal foco de protección son los niños y niñas, así como también las mujeres. No obstante, pese a lo extraño que resulte de imaginar que una ley de postnatal busque proteger a los adultos mayores, dada la coyuntura, deben ser incluidos también como beneficiarios de esta medida. 

El hecho que los adultos mayores son quienes se han visto principalmente afectados por esta pandemia es una alerta que se prende a medida que pasa el tiempo y no se lleva a cabo la propuesta. Podríamos lamentar nuevamente consecuencias nefastas como el aumento de contagios y muertes a causa del coronavirus. La realidad de las familias chilenas da cuenta que los abuelos quedan al cuidado de los nietos cuando las madres salen a trabajar, ¿Es posible mantener resguardos sanitarios efectivos cuando se tiene al cuidado un niño o niña menor de dos años? Tengamos presente que los más pequeños son potenciales transmisores del virus en ocasión que lo hayan adquirido por medio de su madre al retomar las actividades laborales.  

En consecuencia, el proyecto de ley es una buena iniciativa en tanto deja a cubierto a las madres trabajadoras, a los niños y niñas, como también a los adultos mayores cuando detenten el cuidado de los hijos en ausencia de la madre. Así, la norma pretende ser satisfactoria como reflejo de una necesidad actual que apremia con la llegada de la pandemia. Nuevamente el dinamismo jurídico es un concepto importante en estos tiempos de cambio, lo que se ha visto reflejado en modificaciones legislativas que han resultado beneficiosas a los intereses sociales en tiempos de coronavirus. 

En definitiva, la implementación de esta ley podría traer aparejadas consecuencias que impacten de manera positiva en el desarrollo del virus. Ante ese escenario, la lentitud parlamentaria es a lo menos preocupante, pues aún no nos hemos vistos expuestos a las consecuencias de que más de 20.000 trabajadoras vuelvan a su actividad laboral, los costos humanos podrían ser considerables. Además, si persiste la situación sin una medida concreta por parte del gobierno, continúa también la vulneración tanto a los derechos del niño o niña como de las mujeres que están siendo afectadas en su integridad psíquica y en su condición de madres. Desde esta perspectiva, tras el estallido social y ahora el covid-19, las relaciones entre el gobierno y el género femenino se han visto maltratadas. Luego de la renuncia de la ex ministra de la Mujer y Equidad de Género Isabel Plá, presidiendo el cargo actualmente la periodista Macarena Santelices quien no tuvo buena acogida, existe un sentimiento generalizado de reproche a la autoridad por parte de la comunidad femenina. A lo anterior se suma el reciente video publicado por SERNAMEG en la fugaz campaña “cuenta conmigo”, el cual fue duramente criticado por victimizar al agresor, quien incluso era el protagonista del relato dentro de una campaña cuyo foco principal debiera ser la mujer. Estas acciones por parte del gobierno les han generado una sensación de malestar generalizado que será difícil de suprimir. En nada contribuye el seguir dilatando medidas que las favorecen en tiempos de crisis, siendo apremiante que se visibilicen sus necesidades (como ocurrió con la presentación del proyecto) pero además, que se concrete su satisfacción oportunamente. 

Es de esperar que la propuesta tenga buena acogida y que los criterios de protección a la mujer, a la infancia, a la familia y especialmente al adulto mayor, en su ponderación, superen con creces a los económicos. 

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