Según la OMS la ansiedad se encuentra entre los trastornos mentales más comunes y se manifiesta de formas tanto psicológicas como físicas y muchas veces no es fácil de detectar.
La ansiedad puede llegar a afectar las actividades, aunque de hecho es una respuesta bastante normal a eventos estresantes de la vida. El trastorno de ansiedad puede llegar a ser muy desgastante, pero se puede controlar con la ayuda de un profesional de la salud, sin embargo, lo primero es saber reconocer los síntomas.
Algunos de los signos más comunes de la ansiedad son:
- Sensación de nerviosismo, agitación o tensión.
- Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe.
- Aumento del ritmo cardíaco.
- Respiración acelerada (hiperventilación)
- Sudoración.
- Temblores.
- Sensación de debilidad o cansancio.
- Problemas para concentrarse o para pensar en otra cosa queno sea la preocupación actual.
- Tener problemas para conciliar el sueño
- Padecer problemas gastrointestinales (GI)
- Tener dificultades para controlar las preocupaciones
- Tener la necesidad de evitar las situaciones que generan ansiedad
Ahora bien, existen también síntomas que no están en esta lista y afectan de manera extraña al cuerpo:
- Cansancio extremo o fatiga emocional.
- Sensibilidad excesiva.
- Frio irracional.
- Náuseas y sensación de desmayo.
- Zumbido en los oídos.
- Gases e hinchazón.
- Problemas hormonales.
- Erupciones cutáneas (acné).
- Caída del pelo.
- Episodios excesivos de bostezo.
A pesar de que la ansiedad es una respuesta normal del cuerpo, si se extiende en el tiempo o aumenta en intensidad se recomienda consultar a un profesional de la salud mental para que realice un diagnóstico y pueda entregar un tratamiento efectivo para controlarla.