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El calvario de los locales de artesanos establecidos en la Plaza Sotomayor

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Feriantes establecidos en los stands de Plaza Sotomayor hace más de 40 años, sufren al ser desplazados por los vendedores ambulantes.

El comercio ambulante, ha sido uno de los principales desafíos para la Municipalidad de Antofagasta, el centro de la ciudad, se encuentra constantemente desbordado por vendedores que instalan sus negocios en los paseos Prat y Matta y culminan en la Plaza Sotomayor.

Los locales dedicados a venta de artesanía, han tenido que lidiar con diferentes sucesos que han dificultado el desarrollo de su negocio, como por ejemplo, el estallido social, pandemia, remodelación de la plaza y actualmente la sobrecarga de vendedores ambulantes, donde algunos no cuentan con ningún tipo de permiso para llevar a cabo su comercio en las calles.

“Fortis Aquet Fidelis”

Jaime García, vendedor en su tienda “Fortis Aquet Fidelis”, con más de 40 años de oficio , menciona las dificultades que han tenido para competir en el mercado ante esta expansión del comercio ambulante. “Nos perjudica, porque esas ventas, que deberían llegar aca, no llegan, ellos pueden vender todo más barato porque no pagan un permiso, todo es ganancia”.

“Cuando veo a la competencia llegando al frente, sé que será complicado, yo vendo un cinturón al día, mientras el puede vender cuatro sin problemas, la gente siempre se va a quedar con lo barato y para qué hablar de la venta de bolsos, con suerte vendo uno al año”

Respecto a las dificultades mencionadas anteriormente, lamentó lo complicado que les resultó a los pequeños comerciantes poder seguir siendo relevantes en el mercado: “Yo, pago el mismo impuesto que Ripley, ellos pueden vender 200 millones diarios, y yo con suerte vendo 20 mil, y en venta, no ganancia, así que ha sido muy difícil para los comerciantes pequeños“.

Marisol, vendedora en el local 24, trabaja hace 36 años en la feria artesanal, desde que llegó a Antofagasta, se refirió a los tiempos de pandemia y a la deslealtad que existe entre los negocios.

“El local estuvo cerrado durante la pandemia. “Tuvimos ayuda del gobierno, y luego tuvimos un gran apoyo de SERCOTEC (2020-21) el año pasado, que nos dio un crédito para invertir, entonces cuando pudimos volver a abrir, ya teníamos mercadería acá. Nosotros con el negocio cerrado tuvimos que seguir pagando contador, permisos, arriendo mensual y permisos semestrales.”

“Hay competencia desleal, porque ellos (comerciantes ambulantes) terminan trayendo la misma mercadería que nosotros, pero como ellos no hacen los mismos gastos que implica tener un puesto, el precio de ellos es distinto… aparte, ellos están en la pasada ahí, en cambio la gente para entrar acá tiene que venir directamente (…) entonces ellos toman toda esa gente, y a nosotros igual nos bajan las ventas. Ha estado pero horrible. Nosotros sabemos que desde marzo para adelante es complicado, porque casi no hay turistas.

Finalmente, se refirió al abandono a la feria y sus deseos de que la feria funcione en su plenitud como en tiempos anteriores.

“Todos los que estamos acá estamos hace años. Cuando yo llegué a instalarme acá, me tocó compartir el local con otra persona, era un metro cuadrado para cada uno, estuve así durante 6 años. Cuando fueron vaciándose los locales, quedé yo sola.”

“Nunca han venido a hacer un catastro de los locales ocupados, no vienen a constatar que tú estás abriendo todos los días, por qué están cerrados los locales. Nunca se han interesado en nosotros, hay un abandono en ese sentido.”

“Se vería bonita toda la feria abierta, tal vez (el que no abran) eso hace que la gente no venga acá. A veces empezamos a cerrar a las 5 porque la gente ya no anda tarde en la calle”.

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