Pronto se cumplirán dos años y medio desde que el mundo empezó a convivir con el COVID-19. Si bien pareciera que lidiar con el virus está siendo todavía una lucha ardua, es necesario revisar el pasado y recordar que esta no ha sido la única pandemia a la cuál nuestros ancestros y el resto de la humanidad tuvieron que hacer frente.
Ya conocemos en carne propia los estragos que una pandemia como la del coronavirus es capaz de causar. En escenarios como el que vivimos actualmente, las personas volvieron a darse cuenta que las nacionalidades, razas, géneros, creencias y posiciones sociales no son excusa para que cualquiera sea potencialmente el “albergue” de enfermedades, ya que ellas raramente discriminan.
Hasta la fecha, la Organización Mundial de la Salud (OMS) contabiliza oficialmente a más de 6 millones de personas que perecieron en el mundo a raíz del virus. Son datos impactantes, pero aún así las cifras de la actual pandemia no están cerca de entrar en lo más alto del podio de los episodios más oscuros en la historia de la humanidad.
A continuación, veremos una revisión de algunos escenarios de pandemia que culminaron con millones de vidas humanas en el pasado.
La Gripe Española (1918 – 1920)
Síntomas: Fiebre elevada, dolor de oídos, cansancio corporal, cansancio corporal y vómitos ocasionales.
Fue la pandemia que mayor devastación causó en la Edad Contemporánea. Entre el 10% y 20% de los infectados fallecían en un par de días, llegando a exceder las 50 millones de víctimas fatales en todo el planeta, superando incluso la totalidad de militares y civiles muertos durante la Primera Guerra Mundial (entre 18 y 40 millones), evento que ocurrió en paralelo.
Los datos actuales indican que se originó en Kansas, Estados Unidos. Pero debido al nombre del virus, históricamente se cree que su origen fue en España, resultando en una interpretación incorrecta. A principios de 1918 la guerra todavía no concluía y España, al ser un país neutral durante el conflicto, fue de las primeras naciones en informar y hacer foco sobre la enfermedad. Esto a diferencia del resto de países involucrados en la guerra, que censuraron todo lo relacionado al tema con el fin de no desmoralizar a las tropas en batalla. Aquel hecho sería también uno de los motivos por el que la gripe se propagó masivamente.
La Peste Negra (1347 – 1353)
Síntomas: Fiebre elevada, escalofríos, dolor corporal, gangrena en las manos y pies, ganglios linfáticos inflamados.
El episodio más trágico en la historia de Europa tuvo como acompañante a la que es considerada la pandemia más devastadora de todos los tiempos. Su letalidad fue tal, que erradicó entre el 30% y 60% de la población europea.
A diferencia de otras pandemias que fueron originadas a causa de los virus, esta se propagó a través de las bacterias de ratas, pulgas y piojos. En esos tiempos la sociedad tenía nula conciencia sobre la higiene, por lo que era común convivir con estos animales e insectos.
Los registros indican que se originó en Asia, expandiéndose hacia el oeste por medio de rutas comerciales, alcanzando su máximo punto a mediados del siglo XIV, cuando erradicó entre 75 y 200 millones de personas en Europa en tan solo 6 años. Las abismales cifras que alcanzó esta pandemia nos revelan que tuvo potencial extintivo.
La viruela (3.000 a.c – erradicada)
Síntomas: Fiebre elevada, malestar general, malestar general, cefalea, lesiones en el rostro y cuerpo en forma de vesículas.
Fue gracias a las vacunas que la viruela humana logró erradicarse hace más de 40 años, aquel logro fue todo un hito para la medicina. Sin embargo, este virus nos acompañó tanto tiempo que su saldo de fallecidos es incalculable. La tasa de mortalidad alcanzaba el 30% y se estima que arrebató la vida de 300 millones de personas sólo en el siglo XX.
Las pruebas más tempranas de la enfermedad se encuentran en Egipto, específicamente en la tumba del Faraón Ramsés V. Sus restos evidenciaban marcas en la piel similares a las de la viruela.
Entre los años 165 y 180 d.c una gran epidemia conocida como la Plaga Antonina (que actualmente se piensa que pudo ser viruela) puso en jaque el destino del Imperio Romano, aniquilando 5 millones de personas.
A principios del siglo XVI durante la conquista europea, la viruela incidió directamente en el colapso demográfico de los pueblos nativos, provocando la caída de grandes imperios como el Azteca.
Si la humanidad tuviera que reconocer a su más grande némesis, la viruela es la digna merecedora de portar el título de “verdugo”.