El pasado martes, el país euroasiático solicitó formalmente a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) un cambio de nombre en los idiomas extranjeros, de tal forma que esta nación busca evitar que su nombre en inglés (Turkey) sea traducida como “Pavo”, eludiendo así posibles connotaciones negativas.
Desde este jueves, Turquía pasó a ser “Türkiye” (pronunciado /Tur-quí-ye/) dentro de la escena internacional; este nuevo nombre es la denominación con la que los ciudadanos turcos se refieren a su país.
Pero cabe mencionar que el cambio afectará principalmente a aquellas naciones que conocen a esta nación como “Turkey”, cuya traducción al inglés significa “pavo” o que también puede ser asociado con “fracaso” en el lenguaje coloquial. De tal forma que se espera que la nueva medida refleje “la cultura, la civilización y los valores de la nación turca de mejor manera”, así sostuvo Recep Tayyip Erdogan, Presidente de Turquía.
A modo de fortalecer la iniciativa, el mismo mandatario ordenó por decreto que la totalidad de los productos fabricados en territorio nacional sean etiquetados como “made in Türkiye”, algo que muchas empresas turcas ya venían aplicando hace dos décadas. Aunque hay expertos que aseguran que el motivo detrás de la medida es netamente política, debido a que el próximo año serán las elecciones en Turquía y Erdogan postulará a la reelección, por lo que este actuar sería una estrategia para acercarse a los votantes nacionalistas.
Al igual que Turquía, hay otros países que recientemente fueron rebautizados, como es el caso de Macedonia, que desde 2019 es conocida como Macedonia del Norte por razones políticas; y Holanda, cuyo nombre pasó a ser Países Bajos en 2020 por cuestiones de imagen.