Psiquiatra explica que frente a una situación de peligro, es esperable que pasemos por diferentes estados emocionales hasta lograr algún grado de adaptación, pudiendo experimentar rabia, impotencia, frustración, tristeza, culpa, llanto y dificultades para dormir, entre otros.
Como resultado de la emergencia sanitaria, muchas personas pueden estar sintiendo miedo, un sentimiento normal que nos mantiene en alerta frente a situaciones de peligro y desencadena mecanismos de adaptación, especialmente cuando la situación de peligro se extiende y no es previsible su evolución, sostiene Maria Cecilia Vukusich, médico psiquiatra de Nueva Clínica Cordillera.
La profesional explica que las personas con rasgos de personalidad más sensibles a este tipo de situaciones “pueden reaccionar de maneras poco adecuadas, ya sea exagerando o negando el peligro que enfrentamos, desarrollando cuadros de angustia y otros problemas psiquiátricos de diversa intensidad que gatillan acciones que agravan la situación de peligro y provocan mayores riesgos a ellos mismos o quienes lo rodean que el problema inicial”.
Respecto al coronavirus, la doctora Vukusich explica que “constituye una situación de peligro que es nueva y no tenemos, aún, todas las respuestas para controlarlo, esto nos hace sentir más indefensos. Se parece a lo que experimentamos con un terremoto: no sabemos bien cuándo va ocurrir, cuánto durará y cuán devastador puede ser. En el caso del coronavirus es más complejo aún, porque pensamos que podría haberse evitado y nos deja sin poder predecir qué pasará en varias áreas de nuestras vidas, elementos que ponen a prueba fuertemente nuestra capacidad de adaptación”, advierte.
Enfrentar el miedo
Para hacer frente al temor y ansiedad que pueden derivar de la pandemia, la doctora Vukusich recomienda seguir las siguientes pautas:
· Es fundamental mantenernos ocupados con una rutina diaria de acuerdo a la edad de cada integrante de la familia.
· Respetar un horario de acostarse y levantarse: dormir las horas necesarias de acuerdo a la edad es fundamental para la salud psíquica.
· Hacer cualquier tipo de ejercicio, especialmente al despertar, permite la liberación de sustancias cerebrales que gatillan sensaciones de bienestar y ayudan en el control de la angustia.
· No exponernos a información constante y con poca credibilidad, como pueden serlo algunas redes sociales.
· Mantener buenos canales de comunicación de pareja y familia, evitar abordar conflictos que puedan producir escaladas de violencia y fomentar el reconocimiento y acciones positivas que cada uno aporta.
· Si se está solo, destinar tiempo a la comunicación con otros a través de otros canales y solicitar ayuda si es necesario.
· Evitar aumentar el consumo de alcohol, ya que es un potente depresor.
· Fomentar actividades de juego, especialmente las que provoquen risa, ya que es liberadora de sustancias que protegen nuestra salud mental.
· No dejar que las preocupaciones invadan todo nuestro día, dejar un tiempo para conversarlas con la pareja y/o familiares y luego continuar con otras actividades, el programar un tiempo para que cada uno exprese lo que le provoca temor permitirá aliviar la ansiedad y dormir mejor.
· Es normal que los menores se pongan inquietos y quieran estar más cerca de sus padres, así como que a los adolescentes les sea más difícil aceptar que son vulnerables, ya que por su estado de desarrollo sienten que las cosas les pasan a otros.
· Si estoy en tratamiento por alguna enfermedad psiquiátrica y tengo indicados fármacos, no suspenderlos ni cambiar las dosis sin conversarlo con el médico tratante, si estoy en terapia psicológica ver la posibilidad de mantenerla vía internet.
· Si aparecen síntomas constantes como insomnio, falta de ánimo, angustia, llanto incontrolable, deseos de morir, temor a contaminarme al comer u otros que alteren en forma significativa la vida, consultar en un servicio de salud mental.
· Es importante tener presente que estamos viviendo una crisis y que siempre en ellas también existe la oportunidad de aprender mucho de otros y de nosotros mismos.