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COLUMNA: Consideraciones para una nueva ley de migración

Por: Alejandro Cataldo Díaz
Estudiante de Administración Pública
Universidad de Antofagasta

Nadie es ajeno a que la inmigración hoy forma parte de la cotidianidad en nuestro país, ciudades como Antofagasta y el Gran Santiago conocen muy bien como ha impactado el fenómeno migratorio a sus habitantes, ya sea desde el ámbito laboral, cultural y social, en todos ellos las personas que vienen de otros países logran resaltar sobre los chilenos y chilenas.

Actualmente, está en discusión una nueva ley de migración que hace tiempo hacía falta, dado a que, la ley aún vigente es del año 1975 y, como sabemos, el fenómeno migratorio ha evolucionado, dejando la actual ley totalmente desfasada. ¿Podemos decir entonces, que estamos ad-portas de una ley que dará solución a las discusiones que ha provocado la inmigración en nuestro país?

Para responder a esa pregunta, primero debemos entender que la migración es un fenómeno que se ha dado masivamente por la globalización y las políticas neoliberales. Según Hassan Akram (2020), en su libro “El Estallido ¿porqué? ¿hacia dónde?”, el neoliberalismo se compone de tres tipos de políticas públicas: la liberalización, la desregulación y la privatización. Akram nos dice que la liberalización comercial neoliberal ha obstaculizado políticas públicas estratégicas, las cuales podrían aumentar la productividad de las empresas más pequeñas y que son competencia directa de las transnacionales. Esto, ha provocado que la matriz productiva del país no se profesionalice, generando dependencia de empresas económicamente poderosas, y que la larga nos ha estancado en el subdesarrollo. La liberalización ha sido adoptada por muchos países y en Chile se ha visto de mejor forma con la irrupción de empresas extranjeras en áreas económicas importantes para el país. Sostiene el autor que esto no es indiferente para las personas, habitantes de Chile y de otras naciones neoliberales como Reino Unido lo cual se puede evidenciar no solamente en términos económicos, sino también en actitudes xenofóbicas.

El Brexit fue un fenómeno mundialmente conocido por su campaña antinmigrantes, sin embargo, detrás de toda esa parafernalia propagandística se esconde la acción de, los que en la obra de Akram, se denominan como los rezagados a los cuales, de alguna forma, el neoliberalismo olvidó y los dejó sin los “beneficios” que trae. Ellos son las personas pobres de Reino Unido, específicamente quienes habitan las regiones del norte y que pertenecen a clases medias y bajas. Fueron ellos quienes inclinaron la votación a favor del Brexit. Estas personas comparten ciertas características, como mencionaba anteriormente las principales son las territoriales (habitantes de ciudades como Doncaster y Hartlepool) y las individuales (las personas de las clases C1, C2, D Y E, la cuales son el 73% de la población, votaron en un 59% a favor del Brexit), y también comparten el malestar contra el sistema neoliberal. Esto último se explica cuando vemos que muchas personas, que comparten las características individuales y territoriales, son no-blancas y por tanto, inmigrantes en algún momento de su vida. La razón de lo anterior según el profesor Akram es que la votación a favor del Brexit no es debido a términos puramente xenófobos o racistas, sino más bien es producto de las carencias económicas derivadas de políticas neoliberales como la liberalización, la desregulación y la privatización. Principalmente, las personas a favor del Brexit estaban en contra de las políticas liberalizadoras, las cuales llamaban más la atención de inmigrantes de la región europea hacia Reino Unido.

Los rezagados sentían esta animadversión con la liberalización neoliberal, junto con la llegada de más inmigrantes, debido a que “están enfrentando condiciones económicas deterioradas, debido al neoliberalismo” lo cual genera una “reacción autoritaria, xenófoba y racista es parte del malestar antineoliberal”. Esto toma a empezar más lógica cuando vemos que, por esos tiempos, en Reino Unido y específicamente en regiones desindustrializadas del norte, existían sueldos bajos y la inmigración europea hacia Reino Unido había aumentado en un 67%.

Akram concluye que “Frente a una situación de precariedad económica para los rezagados, se activa una reacción autoritaria que busca reponer el orden en contra de los cambios sociales y demográficos que se interpretan como amenaza para ellos.”

Ahora, ¿Cómo sesta situación del Brexit se relaciona con Chile? Nuestro país vive desde hace un tiempo un boom migratorio. Desde la mitad de la década pasada, las visas otorgadas a extranjeros crecen cada año. En 2018, según datos del Departamento de Extranjería y Migración, se otorgaron 438.223 visas, alcanzando un pick muy distinto a las 27.576 otorgadas en el año 2000. Las concentraciones de estas visas se encuentran en un 56% en la provincia de Santiago y le sigue Antofagasta con un 6%. Lo curioso de esto, es que en ambas provincias se han generado movimientos antiinmigrantes, en Antofagasta fue en 2013 donde ocurrió un acontecimiento que hoy se cuenta como anécdota, ya sea por su fracaso o por las divisiones y molestias que generó. La marcha conocida como “antinmigrantes” se realizó en la Plaza Sotomayor de la ciudad, convocando a decenas de personas, pero fracasó debido a las contiendas que se generaron con transeúntes del lugar y el rechazo de la población en general. En Santiago, el 2019 se quiso realizar una marcha de las mismas características, debido a todas las críticas y por último el rechazo que obtuvieron al solicitar el permiso de la intendencia, se suspendió. Independiente de aquello, es innegable que en la capital se vive en ciertos sectores un rechazo hacia los inmigrantes. Aquello, nos muestra que en Chile se está construyendo un sentimiento antinmigrante, en algunos sectores de la población.

Pero ¿Por qué? Nadie es ajeno a que en Chile se vive una de las formas más duras del neoliberalismo, en eso nuestro país y Reino Unido están relacionados. Además, el sentimiento antiinmigración en Reino Unido también es latente en Chile. ¿Será la causa de aquello, al igual que en Reino Unido, las políticas neoliberales? Como mencioné anteriormente, Chile se encuentra estancado económicamente, lo que no permite la profesionalización de su matriz productiva, todo ello debido a las políticas neoliberales. En Chile, se ha vivido un boom migratorio, donde una de las principales razones de los extranjeros para venir, son nuevas oportunidades laborales, principalmente en labores no profesionalizadas. Esto también es producto de las políticas neoliberales ¿no es lógico pensar, que ese sentimiento antiinmigrante, es debido a que está afectando a las personas que no han tenido la oportunidad de profesionalizarse o buscar otro tipo de trabajos, es decir, los rezagados chilenos? Si la respuesta fuera afirmativa, podríamos encontrar una razón más que agregar para la búsqueda, totalmente necesaria, de un nuevo modelo.

Para responder a la pregunta inicial, una nueva ley de migración, la cual pueda responder y satisfacer las necesidades de los chilenos, chilenas e inmigrantes no puede darse en un contexto donde las políticas neoliberales imperan. Es necesario superar la barrera del neoliberalismo para poder responder satisfactoriamente a las demandas de la gente, en tantos otros ámbitos, como el de migración. Y si es que no lo hacemos, lamentablemente estaremos dando vuelta en un bucle sin fin, donde las verdaderas respuestas estarán cada vez más lejos.

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